Para los que siempre tendremos París.
Lo reconozco, no hay discusión, estoy, como dicen por ahí biased o poseída.
París (y no la Hilton) ocupa un lugar muy importante en mi lista y en mi corazón.
No sé si son las estampas perfectamente románticas, imposiblemente idílicas que te regalan un paseo en Palais Royale—no sé si es el estilo impecable y sin gota de esfuerzo por parte de las parisinas, o el olor del pan recién horneado en la mañana, el gamay, o quizás, una combinación de todas las anteriores, pero la cosa es que París tiene ese je ne sais quoi difícil de describir que acaba conmigo, me arrastra, me dobla las rodillas hasta caer en un abismo, perdida, delirante.
Soy como Sinatra, que no discriminaba si era primavera, verano, otoño o invierno, el hombre siempre amaba París y no lo culpo. Casi siempre y no exagero, me inunda una mezcla de angustia profunda con frenesí y regocijo incontrolable tan pronto aterrizo en CDG. Lloro, me río, vuelvo a llorar de la emoción. Y es que, a mi edad, sabes ya que inmediatamente empieza el conteo regresivo y que no importa si estoy 4 días o 4 semanas, el tiempo no alcanza, como tampoco alcanza el presupuesto. La vida misma no me da para recorrer París. Ya sé, ya sé, típicos problemas del primer mundo, el privilegio hablando en primera persona. Pero no los aburriré con esas tonterías y les ahorraré todos los clichés que inevitablemente abundan, más bien me enfocaré en una ciudad que, en mi humilde opinión, busca hacer las paces entre su consabida reputación e historia, sus muy arraigadas tradiciones, su presente y su futuro. Esta es, como siempre, mi versión de los hechos sin berets, ni llaveros de la torre Eiffel, ni fotos imitando a Emily- reprende.
Dónde quedarse
Hay para todos los gustos y presupuestos. He perdido la cuenta de todos los hoteles en los que me he hospedado…Para que me entiendan, por casi 9 años viajaba con frecuencia junto a mi equipo a la ciudad de la luz por motivos de trabajo, siendo más específica, para la semaine de la mode. Eramos una genuina banda de rock. No dormíamos…punto- pero la pasábamos bien y quiero pensar que, aunque exprimíamos las agendas de nuestros invitados, ellos también disfrutaban nuestra compañía.
La Maca, la Gaby, Lais, Nast, Andy, Lili, Mucharraz y si la memoria no me falla, Majo, me acompañaban casi siempre y no podía ser de otra manera. Todavía las echo de menos y me cuesta procesar su ausencia. Esa etapa de mi vida pasó en un abrir y cerrar de ojos, como un relámpago. Con una agenda como la mía, Airnbn nunca fue una opción. Vivo por una cama hecha aunque esté en un hostal de quinta. Y desde que cumplí 45 me he convertido en una verdadera snob, mea culpa.
Dicho esto, recién descubrí el Chateau Voltaire y no veo la hora de regresar, 20 de 10. Si pudiera contrataría sus arquitectos para remodelar mi propio apartamento. Es una belleza y el servicio es impecable. Pero cuando el budget no es tan espléndido, el Hotel des Academies et Artistes es excelente. Y si de negocios se trata, nunca me fallaron el Castille ni el Hyatt Madeleine. Detesto el Westin porque los pasillos me recordaban a The Shining, pero el bar es hermoso. Lamento decepcionarlos--aún no he dormido en el Bristol…pero está en mi lista. Por si tenían el pendiente, para nada me llaman la atención la ostentosidad del Crillion, el Plaza Athenee o el Ritz. Me da pavor dormir en cuartos rebuscados.
Dónde comprar
Desde hace algún tiempo, puedo conseguir muchas marcas francesas en NY…Pero todavía me gusta cureosear en Merci, Monoprix para ropa interior y artículos del hogar, APC, Dries Van Noten, Le Bon Marché, Jimmy Fairly, para lentes, y mi vicio, Officine Generale para jeans y las mejores camisas del mundo. Buly es mi go-to para fragancias, Astier para velas, ornamentos navideños, cuadernos y cosas hermosas que no necesito, Ofr para libros y Patrick Roger para chocolate.
Café
Télescope (el cake de banana es pecaminoso) Boot, Residence Kaan y Recto Verso en el Droit, Ten Belles en el Gauche
Desayunos
Rara vez, me siento a desayunar, la culpa la tiene el jet lag. Pero si lo hago, prefiero un croissant-siempre de almendra, té de menta, un zumo de naranja, para los puertorriqueños, jugo de china y un café. Nuevamente, amo Ten Belles- su granola es adictiva porque es salada, Télescope y los usual suspects. Si tengo tiempo llego hasta Mericourt en Oberkampf. Soy fiel a La grande Epicerie de Paris, Poilane en Saint Germain y Maison Plisson. Cuando estudiaba en la Alianza Francesa iba todos los días sin falta a Judy porque me quedaba cerca y por sus bizcochos de zanahoria sin gluten. Si sólo hablamos de boulangeries, mi querida amiga Jesiel, estilista culinaria y chef, me introdujo a Mamiche y Sain Boulangerie donde probé por primera vez las tartas de mirabelle y no hay vuelta atrás. Pero el más grande descubrimiento hasta la fecha ha sido Chambelland, de nuevo, gracias a Jesiel. Mi congelador en San Juan está lleno de su pan sin gluten de 5 granos gracias a todas las víctimas que he podido convencer (o amenazar llámelo como quiera) de que me traigan el susodicho. ¿Qué tienen en común todos estos espacios? La artesanía, la reverencia y el respeto con el que tratan sus alimentos.
Lunch o como dicen ellos, dej
Le Duc es una parada obligatoria, se especializan en pescados y todo el menú es perfecto. Racines es imperdible y si hay albóndigas en el menú pídanlas, Ralph’s para una dosis americana…y Mokonuts otro miembro del equipo ganador por culpa del labne y sus galletas. Añadan a la larga lista, Liza, Le Bon Georges, Le bar des Prés, Aux Pres y la ñapa La Doyenne, que es otro nivel y hay que ver para creer lo que están haciendo allí…¿Caviar Kaspia? No gracias, ni porque allí conocí a Peter Dundas y lo amo.
Drinks y Apero
Siempre buscando mis vinitos naturales gamay…siempre repitiendo Septime La Cave, La Buvette, Bar Hemingway, Chateau Voltaire, Folderol pre- TikTok y Early June
Dinner
Loco si es carnívoro, no se va a arrepentir…Le Cambodge, uff le Cambodge y el plato de pescado y jengibre de morir…Bistrot des Tournelles, Sushi Shunei, Racines again. Janou se me hace taaan divertido.
Postres
Una palabra: Folderol y, si algún día Caro Dario abre una tienda, CORRAN! Soy fan de todo lo que hornea Madame Z!
Qué hacer
Caminar. Caminar. Caminar. Perderse. Descubrir. Ver una ópera…
Y, un facial en Biologique Recherche.
Museos/ Galerías/ Arte
La ciudad ES un museo por sí misma, pero con Palais de Tokyo, Bourse de Commerce y Centro Pompideu tienen. Dicho esto-- Gagosian no debe faltar. El Louvre me agobia, aunque el Mártir de Paul Delaroche esté allí. El museo de Rodin vale toda la pena del mundo.
Cuándo ir
Siempre
Mi barrio favorito
Surprise Surprise…el 1…
Una tradición
Solía ir siempre a dos iglesias –la Milagrosa porque me gradué del colegio de La Inmaculada, me sé de memoria la historia de Luisa de Marillac… Ese dato se lo debo a la ahora editora en jefe de Vogue Brasil, Pauli Merlo. No veo la hora de regresar a Notre Dame y prenderle una vela a la Guadalupe. Esto último lo aprendí con Pilar Luna.
Qué no debes olvidar
Llegar temprano al aeropuerto con tu formulario de taxes, el convertidor para el cargador de tel, un paraguas pequeño, antibióticos
Libros
La guía de Cereal Magazine, el libro de Astier de Villate Ma Vie a Paris, Joie, The New Parisienne
Los podcasts A Poéle, The New Paris, Duolingo French y RFI son mi lifeline
De rien. A la prochaine! Joyeux noel!